Tanto esfuerzo valió para ver un tres ambientes muy digno pero que quedaba en el Gran Heidelberg, como a media hora del centro. Uno se acostumbra a viajar más tiempo por día en Buenos Aires, pero acá es distinto. El dueño, con sus propias manos, estaba refaccionando al departamento y lo iba a tener listo dentro de un mes. Le agradecimos por todo y nos fuimos a buscar una cerveza a una estación de servicio que estaba a una cuadra, como para levantar el ánimo.
Al día siguiente fuimos a ver otro departamento, a unos 20 minutos caminando de donde estamos ahora. Cuando llegamos, había una pareja esperando. Él tenía cara de turco, ella estaba en silla de ruedas. Rápidamente llegamos a la conclusión de que si nos interesaba a todos, ellos iban a tener prioridad. Al rato llegó una pareja de jóvenes alemanes. Él peinado con gel, ella rubia y alta. Ahora la prioridad era de los locales. Para terminar con tantas conjeturas, llegó el tipo de la inmobiliaria, disculpándose por algo que no entendí porque habló demasiado rápido. Hicimos la recorrida los seis juntos. El jardín era chiquito pero tan lindo como se veía por fotos. El cuarto y el living tenían proporciones respetables, mucha luz y estaban completamente vacíos. La sorpresita estaba en la cocina, que tenía el baño incluido, o incorporado, que queda mejor. Al lado de la alacena estaba la ducha. A pocos centímetros de la bacha estaba la piletita para lavarse las manos (¿para qué dos piletas en el mismo ambiente?). El inodoro estaba separado por una puerta plegadiza a pocos pasos de la cocina de dos hornallas eléctricas. No había lugar para apoyar una tabla para picar algo, salvo en la ventana del baño, al lado del inodoro. La alacena tenía un riel con ganchitos para instalar su propia cortina, pero no nos animamos a tanto. Vinimos dispuestos a la aventura pero no a la pavada.
La foto retrata también el momento del milagro en el que la persona en situación de silla de ruedas se puso de pie.
ResponderEliminarIncomprensible las dos bachas.
ResponderEliminarY vos gritaste Milagro Milagro y ahi eras Irma pero con el Pastor Gimenez !
ResponderEliminarEs muy raro ese lugar...
ResponderEliminarLa foto, parecés europea tratando de alquilar en el conurbano.
El 25 m2 donde vivimos en Francia tenía la ducha en la cocina cuando llegamos. No fue tan traumático pero había que ser organizados y turnarse, eso sí. Luego de unos meses lo reformaron y ahora la ducha está en la pieza, en su propio cubículo separado con bacha y todo. Todo más normalito ahora, pero el WC sigue estando en el palier, eso no va a cambiar! De este tipo de cosas se encuentran muchas buscando para alquilar por acá!
ResponderEliminarseguí participando
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