sábado, 26 de noviembre de 2011

Oración a San Fabián de las Casas



Oh, San Fabián de las Casas,
concédenos sendos hogares
a exseñoM y familia
y a estos fieles.
Y si de paso querés bendecirnos
con tu prosa y tu poesía
te estaremos también agradecidos.
Amén.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Despedida del otoño en Weimar

La última curva del otoño la agarramos en Weimar. Fuimos a visitar a Oli, un primo de Perez, que está estudiando ahí. La noche del sábado hubo que devolver la hora que nos habían dado hace unos meses, con lo cual empezó a oscurecer a eso de las 17, poco más, poco menos.

Weimar es chiquito y tiene un parque gigante, por el que caminamos todo lo que pudimos. Una de las atracciones era la casa de Goethe y el ginkgo, en todas sus formas, texturas y preparaciones, se vendía a lo pavo. O al menos eso intentaban. El museo de la Bauhaus fue la decepción del fin de semana porque era chico y lo poco que exhibía no le hacía honor.


Arte con cebollas en la plaza principal.


Oficina de turismo.


El romanticismo y el bosque.


Cementerio con hoz, martillo y estrella.


Lo que era verde, ahora es marrón. Lo que era marrón, se cayó y es palito.


Acá Perez agrega alguna data: Weimar quedó del lado de la DDR (de ahí la hoz y el martillo) y como todas las ciudades del Este, es más barata que el resto de Alemania. A Weimar, por lo que vimos, van a hacer turismo sobre todo alemanes y de mediana edad para arriba. Pero es una excelente opción para un fin de semana gasolero y bucólico. Oli me ofreció visitar el campo de concentración de Buchenwald, que está muy cerca; decliné la invitación porque justamente quería descansar del horror, a cuyo estudio me dedico for a living. Pero ya lo saben, si quieren seguirle la pista a Semprún, es por ahí.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Tips Cotorra para unas vacaciones en el frío

La momentánea mudanza a Berlín, el frío y la promesa de pronta visita de la Señora @MMDos, me animaron a escribir esta nota para Revista Cotorra, en la que puede observarse la influencia que ejerce sobre mi prosa la Cosmopolitan France, adquirida el lunes en la Gare de Liège - Guillemins, oh, tengo tantas cosas para contarles.

jueves, 3 de noviembre de 2011

No hay que poner todos los huevos en la misma canasta

Eso pensó Martín Redrado y ante el fracaso de sus carreras como político y latin lover, decidió apostar a la publicidad y firmó un importante contrato para protagonizar la campaña de saldos de Tchibo, la curiosa tienda alemana de café, ropa y artículos para el hogar.

Click acá.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Una infiltrada

Se concretó la mudanza de mi laburo a Konstanz. Viajo seguido a esta ciudad que ya estoy queriendo. Imposible no quererla con lo bonita que es. Aunque mi trabajo no queda en la ciudad sino en la montaña.



La bruma al fondo son los Alpes. Los de Heidi y la vaquita de Milka. En la foto casi no se distinguen, pero en los días de sol, como la última vez, se ven los picos nevados. También en vivo y en directo se aprecia el lago. Entre los Alpes y el verde, está el lago.

Vistas desde mi oficina, con y sin Perez:





(No es a mí sola que me quedan mal los vidrios. Debe ser culpa del sarro).

Después de un día de trabajo bastante agitado, mi colega más joven, con la que comparto oficina, y yo, nos apropiamos de nuestro lugar. Tiramos cosas viejas de los ocupantes anteriores, inventariamos (es un decir, no somos tan alemanas todavía) los artículos de librería que habían dejado y nos sentamos un rato ante nuestras compus nuevas. Poné algo de música, me pidió ella. ¿Qué te gusta?, le pregunté. Los Decadentes, contestó. Gloriosa respuesta. La puse al día con los últimos discos de LDA y el discazo solista de Jorge Serrano. Sus temas tan psicológicos y existenciales, no desentonaron para nada con el entorno bucólico e intelectual al mismo tiempo.

Al día siguiente, el contraste fue mayor. Estábamos haciendo un estudio comparativo entre el primer y el segundo video de los Wachiturros y la versión de Pachu Peña, cuando salió el sol y las persianas se bajaron solas. Me asusté mucho y me sentí muy país emergente. También me encontré muy underdressed con mis atuendos invernales, y demasiado abrigada. Cómo le dan a la calefacción los europeos.

También me sentí extrañamente pobre cuando me instalaron el paquete de Office en mi macbook que ya hace más de un año que me regalaron y a la que nunca pude ponerle ningún programa porque son caros. Todo lo que en Argentina me hace o me haría sentir una tilinga, acá ya está re out. No me quejo, nomás les cuento el abismo de calidad y tecnología que nos separa.

Tengo miedo de que alguien se dé cuenta de que soy una infiltrada del tercer mundo fan de Serrano y me manden de vuelta a casa.