miércoles, 29 de junio de 2011

Ich hatte auch Geburstag!

Una foto en la que la cumpleañera no sale muy favorecida, pero que tiene a su favor el encanto de la espontaneidad*.



Una copa helada en Fontanella. Que mi abuela no se vaya sin experimentar los mil y un clichés de Mannheim.

* La blackberry con la que fue tomada es regalo de cumpleaños de mi tía Ana. ¡Gracias, Ana! ¡No sabés la independencia que me da!

miércoles, 22 de junio de 2011

El hombre es animal de costumbre

Creo que me estoy acostumbrando al Chimbote. Qué voy a hacer, no hay otro dulce de leche.

Mundo caca

Apenas nos mudamos recibimos un regalo polémico: un televisor de la basura. Decir basura acá es muy relativo. Este televisor había sido sacado al pasillo de un edificio en espera de que llegara el día de recolección de basura grande, muebles, electrodomésticos, etc. No es fácil deshacerse de estas cosas, uno no revolea simplemente un televisor a la vereda y espera que un cartonero lo abaraje en el aire antes de que toque el suelo. Lo habían dejado con un cartelito que avisaba que funcionaba perfectamente.

Tenía un sólo problemita, un problemita caquiento, que se puede apreciar en la foto:



No, no es un wascazo (palabra que vi escrita por primera vez en el baño de mi primaria así, con w). Es una chorreadura de cera de vela. Vamos al plano detalle:



Así entró este televisor a mi nuevo hogar mannheimer, hace dos meses ya, y así sigue. Yo le detesto pero, ¿qué voy a hacer? ¿Tratar de entender el cronograma de la basura por barrios? ¿Por qué no a Schiller, también, ya que estoy, con la ayuda del Google Translator? Igual sería incapaz de hacerle eso a mi dorima, que mira fútbol y tenish, de vez en cuando, pero en momentos muy claves para su psiquismo. El televisor encacado permanece apagado durante días. Y aún así, ¡hay que declararlo y pagar por él! Sí. Estamos en falta con el organismo que controla la emisión de ondas... o lo que sea. También deberíamos declarar la security blanket de Jose (la radio Sony a pila) y la netbook de mi tía que apenas llegamos a Alemania dejó de andar. Los argentinos que conocemos nos contaron que los estudiantes nunca declaran los aparatos y que la empresa no tiene facultades para meterse en tu casa. Que ellos regularizaron su situación después de años. Mientras postergamos la decisión sobre el televisor, el mundo caca se burla de nosotros.

lunes, 20 de junio de 2011

¿Cómo se dice promoción en alemán? Förderung

Desde que me vine a Alemania, seguí la campaña de River por Internet, vi casi todos los partidos en vivo, sobre todo en la recta final, a la que también podríamos titular la debacle. La primera mitad, cuando el equipo parecía andar, estaba en Heidelberg, el de Boca nos encontró en Holanda (uno siempre se acuerda de donde ve los clásicos). Y esta última fecha coincidió con la invitación a un asado con los argentinos que ya conocemos.

Lo cual me llevó a cierto debate interno: ¿Asado mata Promoción o Promoción mata todo? Por otro lado, me parecía medio Orlando quedarme en casa. Es cierto: el partido me importaba muchísimo. Pero cada chance de socializar vale tanto como un ascenso. Busqué la tercera posición y le avisé por teléfono al asador, al que veía por tercera vez, que iba a estar pendiente del partido. Él me dijo que también era de River y que iba a tener la compu a mano para "ver las actualizaciones". Pongo las comillas para resaltar que no dijo que lo iba a ver. Era hincha de River pero el partido parecía estar en un segundo plano. Por eso hablaba de "actualizaciones". En parte, me parecía una buena noticia porque el asador desconcentrado es sinónimo de carbón. Quise pasar ese detalle de largo y preferí imaginarme a los diez invitados rodeando el televisor y preguntándome una y otra vez por todas las combinaciones de resultados posibles. Todos mirando el partido. Pero me encontré con un asador que jamás demostró interés en la jornada, no había compu a la vista que manotear y me dio vergüenza llegar y al toque encerrarme a ver el match. Si algo nos enseñó el fútbol es que los partidos se definen en el segundo tiempo. Decidí hacer de cuenta como que estaba con ellos, mientras decía que sí a todo con la cabeza y pensaba en Passarella y la concha bien de su madre.


Gracias a la todavía nueva Blackberry (¡gracias de nuevo tía Ana!), pude ir leyendo los scores en la red social Twitter y cuando me enteré del gol de Lanús quise re putear a todos los presentes, a cada uno en su idioma. Alemanes, españoles, argentinos no entenderían tanta pasión mal canalizada. Llegaron las morcillas, los bifecitos argentinos (tan jugosos, tan ricos), las ensaladas y el segundo tiempo me encontró medio en pedo de malbec y llenísimo. La verdad es que mucha onda no le puse a la charla grupal, fui como tres veces al baño para actualizar, y pedí la compu prestada para la última media hora.

Me encontré sufriendo por River con un celular en la mano y una falsa iPad modelo Samsung. ¿Cómo llegué a esto? Una chica hincha de Racing me gozaba y yo le recordaba cuando jugaron la promoción con Belgrano. ¿Qué hago discutiendo con esta chica? ¿Qué me pasó? El asador se distrajo en la charla con un alemán, así que sufrí en soledad los últimos minutos. Perez me palmeaba y se apenaba por mi pero se alegraba por River, maldita anti gallina, hasta ella está en mi contra. Con el resultado puesto, el asador dijo que no iba a sufrir si River se iba a la B. "Si es tan malo que se tiene que ir, que se vaya". Excelente teoría pero no aplica para el fútbol. River se está por ir a la B, papá, no me importan la justicia, ni las lecciones. No creo que River vaya a aprender algo de todo esto. Sólo quiero un empate en Córdoba, un gol de penal en el Monumental (pateado fuerte y al medio) y que después de eso se vayan todos a cagar, menos Alexis Ferrero.

Quiero que quede un testigo para que cuente la historia y no se repita.

¡Qué cara de cagazo, hijo de puta! ¡Y este es el capitán! Imagínense el culito fruncido de Erik Lamela. ¡Dependemos de la magia de alguien que se llama Erik!

domingo, 19 de junio de 2011

Afrikatage

Dios escuchó mis plegarias y organizó un festival de música africana que dura casi un mes y se desarrolla acá y en Heidelberg. Por error, nos trajimos la nube que nos persiguió en Bélgica y está lloviendo intermitentemente, todos los días. Venimos teniendo dos horitas de chaparrón por día. Y el sábado esa tendencia coincidió con el pico de emoción de la jornada: Wasserman, un hombre capaz de beber litros y litros de agua, guardarlos en su panza, o en algún lado, y después escupirlos y transformarse, así, en una fuente humana. Vean el videíto, que no lo pude insertar acá por algún misterio internetiano. Cuando recién estaban desarmando el escenario para que un rato después subiera Wasserman, llovía un montón y escapamos con nuestro paraguas a lunares.

No pudimos ver a tamaño prodigio del arte y la acrobacia pero sí vimos un rato de un grupo de Ghana, muy tradicional, que contó con un espectador algo fuera de tono con los negros:


Ese intruso de sobretodo los estuvo bardeando un rato, señalando a la banda con el bastón, un gesto que en África quiere decir 'comeré tu elefante', bailando al lado del escenario. Se le acercó uno de la organización, le pidió que se corra y él lo mandó a cagar. Un auténtico boludo de pueblo. La banda tocó un par de temas y después invitó al taller de danzas africanas de la universidad de Heidelberg.


Por momentos, las chicas parecían sentir el ritmo. Algunas, incluso, se desplazaban. Una del fondo, la morocha de amarillo, tenía cara de estar sufriendo cada segundo. Ponían mucho empeño pero se fueron cansando y al tercer tema ni siquiera despegaban las plantas del piso. En otro orden de cosas, había una feria con instrumentos y objetos africanos, en la que Irma se hubiese comprado un canasto.

Subí que te llevo

Cineclub Ari (Parte I)

Ahora que tenemos Internet y teléfono, todo es jarajajá, posteamos seguido y hablamos con amigos y familiares. Pero no olvidemos que hace un mes estábamos llorando miserias en bares vecinos, tomando a la calidad del wifi como parámetro para dejar la propina.

¿Y quién nos tiró una soga en ese momento de aburrimiento? Mi primo Ari, que nos dejó un montón de series y películas en su paso por nuestra ya querida y siempre fabril Mannheim. Entonces, acá, con voz de Catalina un jueves, un repaso por algunas pelis que vimos:

Empecemos por la que más me gustó: Bastardos sin gloria, de Tarantino. A esta altura, calculo que ya la vieron todos, así que no voy a contar demasiado el argumento. La actuación de Cristoph Waltz es monomental y mi escena preferida fue la del interrogatorio en la que aparece El oso Judío.


El cisne negro: obviamente, una peli en la que Natalie Portman está en pantalla un 97% me parece, mínimo, muy buena. La historia en sí se me hizo un poco cuesta arriba pero me fui enganchando, más por el lado de la madre quemante que por la danza.


Inside Job: Muy buen documental sobre la burbuja financiera yanqui, la crisis económica mundial y distintos tongos para multiplicar la guita, pero plantea demasiada información en poco tiempo. Y muy específica. Me perdí un montón y me pareció medio cándida, a esta altura del siglo veintidós sorprenderte con que los banqueros quieren hacer más guita es medio de paspado, pero es igual recomendable.


Shutter Island: Me pareció una garcha y la hinchada hizo "ohhh" cuando, con los títulos finales, se enteró que era de Scorsese. Me pareció toda mala: las actuaciones, historia, las resoluciones. No ahondaré mucho más porque se me sube la senf a la cabeza.


True Grit: Me gustan casi todas las pelis de los hermanos Coen y esta no fue la excepción. El personaje de la nena me hinchó un poquito las pelotas, siempre pidiendo revancha y hablando en contra del alcohol. Con cada palabra que dice Jeff Bridges, cada pedo que se agarra, dan ganas de abrazarlo y agradecerle.

viernes, 17 de junio de 2011

Deutschkurs

Ayer empezamos un nuevo nivel de alemán. Nos costó mucho encontrar un curso que no fuera intensivo y que coincidiera con mis horarios de trabajo en Heidelberg. Finalmente, encontramos éste, en la Abendakademie, la academia nocturna y popular.

Era esperable: la profesora es turca. Con sus modales tan diferentes, le imprime a la clase un ritmo mucho más relajado que las alemanas del Goethe Institut de Buenos Aires. Quizás demasiado...

Tenemos dos compañeros hindúes, varios turcos, un iraní, un iraquí, un rumano, una rusa y una chica de Mongolia (iba a escribir mongólica, pero me pareció políticamente incorrecto). Hay un peluquero, una ama de casa, un soldador, dos que trabajan en la BASF en Ludwigshafen, la ciudad aún más fabril del otro lado del Rin. El hindú de la BASF es el cliché que camina. Casi todos, excepto nosotros y él, se conocen del nivel anterior. El iraquí es el langa: cuando llegó, tarde, hubo gritos de bienvenida de la platea femenina que fueron casi alaridos, y la temperatura del aula subió cinco grados. No es que sea especialmente bello, pero es chongo. Por su parte, el iraní se la está laburando a la chica de Mongolia, que se sienta al lado suyo. La ayuda cuando se traba con alguna palabra y en la pausa estuvieron tomando yogur y café solos los dos en una mesa de la cafetería, mientras el resto salía a estirar las piernas frente el río.

Nunca antes me habían preguntado mi religión tan rápido en ningún ámbito. Fue raro. No es un tema que me cope charlar con desconocidos. Es complicado. Eh... soy café con leche, mitad judía, mitad goy, pero atea, ¿eh?, y no sionista, creo que Palestina también tiene derecho a existir como nación... todo esto en alemán ¿cómo se decía? Wir sind jews, resumió Jose en perfecto cocoliche. Orthodox?, preguntó un turco. No, papi, estoy en sandalias, sin peluca ni corpiño, y mi marido tiene puesto un jean chupín, ¿cómo se dice boludo en alemán, señorita?

A una velocidad cansina se fue desarrollando la clase y ya la profe nos estaba dando la tarea cuando le bajó la presión o algo así. Quedó con la cabeza caída sobre los brazos, como si estuviera echándose una siestita en el escritorio, pero sin moverse. No quise quedarme a ver el desenlace. Cuando salíamos estaba llegando la ambulancia. Desde este blog le deseamos una pronta recuperación (aunque una voz despreciable adentro mío me dice que tal vez es al pedo que haga la tarea para el lunes).



(Los links son con sorpresa).

miércoles, 15 de junio de 2011

Encuentro primal

Luego de algunos intentos frustrados, logramos sincronizar relojes con mis primos Ari, Ana y Marce y nos encontramos en la casa de los tíos Sergio y Silvia, en Liège, Bélgica. A 48 horas de mi cumple, me tomé este encuentro como un festejo algo demorado pero también extendido. Me cantaron el feliz cumple, soplé una velita y recibí regalos.


Las tres patas de la cocina típica belga son las papas fritas, el chocolate y la cerveza y nosotros no pudimos más que sumarnos a esa dieta básica, a toda hora, en todo lugar.




El domingo fuimos a Brujas. Una locura de linda esa ciudad. Había escuchado mucho sobre ella y, aunque te cruces con mil turistas por minuto, siempre hay algo donde poner el ojo y sorprenderte.




¡Wafflles!


Tomamos una excursión en un barquito que estuvo espectacular pese a que el guía hablaba más que una suegra incómoda:




Había llegado ansioso y con muchas ganas de verlos y, la verdad, el encuentro no me defraudó ni un poquito. La pasé genial, meta charla, frita y birra, ¿qué más se puede pedir? Chocolate. Y también hubo, mucho. Todos estamos en una situación similar: empezando, de a poco, a instalarnos en países nuevos, así que veníamos sedientos de charling.




Antes de volver a Liège, pasamos por Ostende, una playa muy copada, algo ventosa en esta época, en la que alquilamos, gratis, unas bicis por un rato.






Logro

Sobre el tema de la depilación en Europa ya me explayé largamente en Revista Cotorra. Permítaseme agregar que según pude saber, la moda de no depilarse fue en los '70 - '80. Estaba llegando apenas 30 añitos tarde. Y no vi a NADIE con pelo en las axilas, NADIE, ni alemana ni turca ni coreana, NADIE.

Tenía un tarro de cera que me regalaron y nos veníamos mirando amenazadoramente. Las instrucciones, obvio, estaban escritas en alemán. Hasta que llegó un día en el que la desesperación pudo más y sin intentar leer ni media palabra, tiré el tarro a una ollita y le di para adelante al baño María. ¡Pomelo!

Lectores, me complace anunciarles que me he depilado con cera yo misma por primera vez en la vida.

La vida en el extranjero está llena de estos pequeños logros.

Señor, ¿por qué me hiciste gallega?

Me gustó la Veet. La recomiendo.

martes, 14 de junio de 2011

jueves, 9 de junio de 2011

Ich habe geburstag

Arranqué la jornada cumpleañera muy contento porque anoche los chicos argentinos que conocemos acá, que se están mudando, me dieron esta bici que ya no querían. Hay que tunnearla un poco pero va como loco.


El almuerzo de festejo fue en Istanbul. El platito que salió de arriba al medio era uno con una salsa de yogur, el otro es humus, los mejores niños envueltos que comí en la vida y esas empanaditas fritas arrolladitas. ¡Una caricia!

Ese niño envuelto se lo dedico a mi abuela Hilda, que hacía unos muy buenos pero yo no los comía porque me daba impresión el nombre. ¡Qué boludo! Igual, inventaba alguna excusa, no decía que por eso no los comía.


Pasaron las langostas, diría Orlando.

Panza llena, corazón contento.


Pasemos a todo lo que son los regalos. Las zapatillas me las regaló mi jermu (también me regaló un after shave, para que cuide mi cutis) y la camisa me la compré con la tarjeta de crédito de mi viejo, así que podríamos decir que me la regaló él.

No es mi culpa saber elegir. ¡Encima estaban de oferta!

miércoles, 8 de junio de 2011

¡Cumbia!

La música de DJ Jose nos acompañó en el viaje a Italia. La cumbia fue la gran favorita, cumbia colombiana, villera, Los Wawancó, Kumbia Queers, cualquier clase de cumbia.

Estos videos que hizo Laura, lo certifican.

- ¿Tiene sonido ese video? - pregunta Ana. Cuando Lau le contesta que sí, se pone a cantar. Ídola.



En éste hago la danza del GPS:


"¡Vive la vida hoy!"

En un parking en Cortona, las negras ponen la cumbia fuerte en el auto y bailan:



¡Gracias, DJ Jose!



Este post va dedicado a Noe y en ella, a todas las negras cumbieras de mis amigas.

Bajo la lluvia de Toscana

En Cortona dijimos: basta de viajar todos los días y conocer tres pueblos por jornada. Y nos quedamos dos noches. Nos alojamos en el Hotel San Luca, gente amable e internet a un precio digno, aunque el tongo de cobrarte internet aparte en un cuatro estrellas es cosa que no se entiende. El hotel tiene seis pisos... hacia abajo, porque está en lo alto de la montaña. Digo, por comentar algo.

A pesar de que nos tocaron días lluviosos, le pusimos mucha voluntad y recorrimos la ciudad y sus alrededores. Por suerte la tormenta no llegó a la mañana, como nos habían dicho. Subimos el Via Crucis hasta la iglesia de Santa Margherita, a la que no le sacamos fotos porque somos unas judías desaprensivas.


En cambio sí le sacamos fotos a una fortaleza cercana y al horóscopo etrusco:





Amapolas silvestres. Nos acompañaron todo el camino. En Heidelberg también hay. En Mannheim no, en Mannheim hay fábricas.

Bajamos por un caminito interior que nos mostró una Cortona más real, porque la calle principal y las plazas del centro (centrito) son muy turísticas.


En esta fábrica de pastas me quise comprar todo:


Almorzamos acá:


- La carta sono io - dijo Angelo, el dueño. Y nos ofreció pasta, obvio. Comí pasta todos los días. Es mi comida preferida y estaba en Italia, ¿qué otra cosa iba a hacer?

Angelo hacía chistes todo el tiempo y los comensales de las cuatro o cinco mesas nos reíamos como si fuéramos todos una gran familia compartiendo el almuerzo. Cliché, but true. A él le escuché el primer "¿Argentina? ¡Messi!". Día 6 en Italia, pésima estadística, baño de humildad para los argentinos.




La señora de Angelo está a cargo de la cocina y es su opuesto: tímida y tranquila.

ADVERTENCIA MUY IMPORTANTE SOBRE EL CAFÉ: En Italia, si pedís un café, te traen este veneno mortal:


Para opciones más cercanas a nuestro paladar, se recomienda pedir café americano, que es lo mismo pero con acqua calda, que puede venir ya agregada o aparte, en una lecherita.

A la tarde presenciamos un evento que nos trajo muchas contradicciones ideológicas: una especie de torneo medieval. Los habitantes de Cortona se ponen trajes como los del Medioevo, desfilan y compiten. No creo que lo hagan todos los domingo; me parece que fue con motivo de la fiesta de la ascensión de la Virgen, aunque no le veo la relación.


Vean qué feminista la señora de anteojos vestida de hombre. ¿Ah, no? Bueh, me equivoqué.






Políticamente correcto: la plebe, con su vestimenta cero glamour, también está representada.




El concurso de tiro al blanco con ballesta lo bancamos en exceso, en la esperanza de que en algún momento pasara algo más, pero no pasó. Tambores, clarines, silencio, concentración, tiro, aplausos en las gradas en las que estaban los familiares y amigos de los competidores y anuncio de los puntos por parte de un bufón con menos gracia que Tinelli. Para colmo, llovía. Partimos a buscar una panadería, ya definitivamente entregadas a los carbohidratos.