Hoy casi rompo en llanto en la oficina de extranjeros. El motivo: uno de los círculos viciosos que se arman con las burocracias de acá, en este caso entre la oficina de extranjeros, el seguro de salud y el banco. Todo trabado entre sí. Y la funcionaria que no habla más que alemán y que le parece que si alza la voz, la vamos a entender.
Por suerte Jose me sacudió cuando me estaba quedando de pie en un pasillo haciendo pucheros. Gracias, querido, por evitarme ese lugar común tan poco glamoroso.
Bienvenidos al mundo de la burocracia que sufre todo extrenajero!!!!!
ResponderEliminarNunca llores, ni tampoco te enojes, mucho menos pongas cara de culo. Siempre sí señor y a comerla.
En algún momento encontrás un funcionario que te da una mano. En general es cuando y fuiste 30 veces y el tipo ve que sabes de meoria el trámite paso a paso.