Del horno salían muchos olores a la vez que no nos permitían adivinar si se trataba de un plato o de un postre. Le pregunté a Viloni, el novio de una de las chicas con las que convivimos, de qué se trataba. Cabe aclarar que el mote de Vilone era 100% irónico, sólo podía competirle en la cantidad de pelo. Me contó que estaba cocinando lasagna y que le había agregado ananá y "esa comida que todo el mundo piensa que los alemanes le ponemos a todo". Supuse que hablaba del chucrut y lo confirmé minutos después, cuando sacó su invento del horno.
Al día siguiente, sin Vilonis en la costa, le sacamos una foto, para retratar el asco que vimos pasar de cerca:
El coliflor marchito de abajo es como la definición de mundo caca.
ResponderEliminarYo sabía que algún lector atento iba a notar el lamentable detalle.
ResponderEliminarNo fue de atenta, fue de gorda, vi la cosa esa en la pirex y pensé "más que lasagna parece crumble de peras, qué rico, tengo hambre, MIREMOS PARA OTRO LADO".
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