No quiero dejar colgado el diario pese a que mi jermu ya volvió. El día 3 fue el jueves pasado y la mañana entera se la dediqué al trámite para sacar el registro acá. En Buenos Aires, antes de venir, saqué el registro internacional en el ACA. Por cien pesitos, sin examen ni nada, te dan uno válido para casi todo el mundo. Cuando llegué me dijeron que tenía validez sólo por seis meses. La única vez que manejé, en Holanda, no tenía registro, así que no lo pude estrenar. Ahora me dijeron que tengo que hacer un curso, rendir un teórico y listo. El problema es que sí o sí tengo que pasar por una fahrschule. Espero encontrar una que tenga clases en inglés. Más tarde tuve que ir a la clase de alemán y todo fue amargura. La profe es de lo peor que tuve en la vida, aburre al más entusiasta.
El lunes, la última jornada de soltero estuvo plagada de momentos conchita: barrí, ordené, lavé para que hoy lleguen los holandeses, aunque no sabemos a qué hora. También hice la tarea y estudié un poquito de alemán porque ayer nos tomaban un examen. Por suerte, se arregló el teléfono y pude hacer un par de llamados a Buenos Aires para chusmear con amigos. Sin teléfono, Conchita no está felí.
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