Una foto en la que la cumpleañera no sale muy favorecida, pero que tiene a su favor el encanto de la espontaneidad*.
Una copa helada en Fontanella. Que mi abuela no se vaya sin experimentar los mil y un clichés de Mannheim.
* La blackberry con la que fue tomada es regalo de cumpleaños de mi tía Ana. ¡Gracias, Ana! ¡No sabés la independencia que me da!
Esa copa luce riquísima!
ResponderEliminarSe ve que la pasaste lindo!
Ahh...no...! Aunque no haya beto ni abato, la cara de la baba me mató de amor!
ResponderEliminarRecién veo una nota de Site en el diario. Ay, se me hizo un nudito en la garganta. Me deja que la quiera desde lejos, Pérez?
ResponderEliminar¡Pero claro! Soy huérfana, siempre quiero que me quieran.
ResponderEliminarPues ahí va mi declaración: la quiero Perez! A Site también.
ResponderEliminarme encanta el mantel de la heladeria, hacetelo en un rapido movimiento de magia y mandamelo por dhl
ResponderEliminarpero si saliste hermosa!
ResponderEliminar