jueves, 25 de agosto de 2011

Berlín

Berlín es el mundo: todos los idiomas, todas las comidas, todas las caras y pelos y colores.

Berlín es la libertad: la convivencia pacífica de looks diversos, los chicos y las chicas de la mano, la música y el porro en los parques.

Berlín es la contradicción: los shoppings en Alexanderplatz, la RDD convertida en producto pop, los adoquines de bronce que recuerdan a los deportados y que son hechos por un único artista en todo el país que cobra mucho dinero por eso.

Berlín es la noche: los cientos de bares con mesas en la vereda, las caminatas, las cervezas al paso.

Estuvimos cuatro días en Berlín. Cuatro días de veranito, de sol, de gente de picnic a la orilla del canal. En Berlín se respira otro aire. Berlín y Buenos Aires tienen un extraño aire de familia. Berlín, te prendemos una vela. Esperamos estar muy pronto por allí.

3 comentarios:

  1. qué lindo esto que decís porque si todo sale bien el año que viene voy a conocer berlin

    quiero q sea el año que viene

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  2. No nos conocimos en Almagro, pero nos podemos encontrar en Berlín, claro que sí!

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  3. Berlín es mágica y adictiva, sí. De alguna manera sentí la misma fascinación que sentí por Buenos Aires cuando me mudé para acá, pero por distintas razones, claro.

    Casi un mes en Berlín fue como comer sólo un cuadradito de una tableta de chocolate: delicioso, sí, pero terrible no poder arremeter con todo.

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