Ahora también perdimos el stick. Sólo nos queda un teléfono sin crédito. Pero el teléfono no importa. Lo que nos destruye es la falta de internet. Los cafés con WLAN /velán/, escasean y los locutorios turcos tienen una baranda a pucho insoportable. Sufrimos.
Si me dedicara a la filosofía, escribiría algo sobre la subjetividad online, sus modos de estar en el mundo, su sociabilidad. Como sólo soy una adicta a internet, me limito a decir: ¡BUAH!!!
te extrañamos más, así
ResponderEliminarhola Perez?? hola? ho..no te. ..igo pe.. espe.. que te... ..lva la cone... tu tu tu tu tu
ResponderEliminarla conchadelalora, no hay justicia alla eh ? way fay ?
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