jueves, 12 de mayo de 2011

Paradojas de vivir afuera

Tuvimos que venir a vivir a Alemania para comer dulce de leche Chimbote.

Nos lo trajeron de regalo para que no extrañemos. Creo que una sola vez en mi vida había comido y Jose no recuerda haberlo probado jamás.

¡Qué dulce que es! Estimo que su sola exhibición podría provocar la muerte instantánea de un diabético.

Viene a cuento del waffle con dulce de leche que acabamos de merendar, calentado en la tostadora eléctrica, como corresponde. Deséenme suerte con la digestión.

Chimbote y sus amigos alemanes

4 comentarios:

  1. A mi nunca me gustó.
    Consistencia: es muy duro, lo que complica su destribución en la tostada.
    Sabor: mmmse... nada del otro mundo, en realidad más nada, que otro mundo.
    saludos
    La Dra. en Dulce de leche.

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  2. Me recontracopa!!!! y si es en el envase de cartón mejor, sobre todo cuando se endurecen los restitos en el borde.

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  3. Un día que paso offline y Blogger se cae. No me puedo distraer.

    Acá hubo comentarios, no vayan a creer que no. Les resumo: a Larissa no le gusta el Chimbote, a Daro sí.

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